25 jefes de gobierno y agencias internacionales[1] hacen un llamado para un nuevo tratado internacional para mejorar la respuesta a las pandemias. El 30 de marzo de 2021, líderes de todo el mundo se unieron al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y al Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un llamado a favor de un tratado internacional sobre pandemias, basado en las lecciones aprendidas durante la pandemia de COVID-19.[2]
De acuerdo al comunicado, habrá otras pandemias y otras grandes emergencias sanitarias. La cuestión no es si o no, sino cuándo. Debemos estar mejor preparados para predecir, prevenir, detectar, evaluar y responder eficazmente a las pandemias de forma coordinada. Para lograrlo, dice el comunicado, se necesita un nuevo tratado internacional de preparación y respuesta ante las pandemias.
"COVID-19 muestra que es necesaria una acción conjunta y organizada donde prevalezca el interés público y el equilibrio entre las diferentes naciones.
Una vez más, y de forma contundente la crisis sanitaria del 2020-2021 pone en evidencia la fragilidad de la Organización y nos revela que la OMS no tiene o no utiliza los instrumentos y mecanismos legales necesarios para aplicar sus normas y orientaciones para responder al desafío de la COVID-19 o de futuras pandemias.
Por qué un tratado internacional
La pandemia de COVID-19 es un reto global. Ningún gobierno puede abordar por sí solo la amenaza de esta o futuras pandemias.
«Un tratado es un instrumento jurídicamente vinculante de derecho internacional. Un tratado internacional sobre pandemias adoptado en el marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) permitiría a los países de todo el mundo reforzar las capacidades nacionales, regionales y mundiales y la resiliencia ante futuras pandemias. »[3]
Un tratado basado en principios de equidad, inclusión y transparencia que garantice el acceso universal y equitativo a diagnósticos vacunas y medicamentos. Un marco sanitario internacional más sólido, con la OMS como autoridad de gobierno en materia de salud mundial.
Estaríamos hablando así de una reforma de fondo de la forma de gestión de la salud internacional. En otras palabras, hablaríamos de una reforma de la OMS.
Las reformas de la OMS[4]
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido objeto de muchas reformas e intentos de reforma desde su creación en 1948. Esas reformas han sido impulsadas en gran medida por diversos directores generales que, a lo largo de la existencia de la OMS, han tratado de dejar huella en los logros de su administración.
La reforma que se está debatiendo en 2020-2021 se ha visto impulsada por la crisis sanitaria sin precedentes provocada por la pandemia COVID-19. La comunidad internacional ha reconocido las insuficiencias estructurales jurídicas y financieras de la OMS para satisfacer sus expectativas.
Desde la creación de la OMS, sus Estados Miembros no siempre han apoyado a la organización. En diferentes momentos de su historia, algunos países la han debilitado, en lugar de fortalecerla. Sería importante no repetir los errores del pasado.
En 1986, Jonathan Mann, director del Programa Mundial de la OMS sobre el SIDA (GPA), organizó una estrategia de acción directa; para proporcionar tratamiento y realizar/coordinar investigaciones por un equipo de 200 científicos y un gasto de 70 millones de dólares de los EE.UU. por año, lo que llevó a un enfrentamiento con el entonces Director General, Hiroshi Nakajima del Japón. Debido a este enfrentamiento, Mann abandonó la OMS, y los Estados Unidos y otros países decidieron retirar el GPA de la OMS. Después de algunos años de discusión y debate, el ONUSIDA fue fundado en 1994-1995 bajo el liderazgo de Peter Piot.
El Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria ("el Fondo Mundial"), fue creado en 2002 como un mecanismo de financiación innovador que busca recaudar y desembolsar rápidamente fondos para programas que reduzcan el impacto del VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria en países de ingresos bajos y medios. La idea del Fondo Mundial surgió de la administración Brundtland, que lo concibió como un mecanismo innovador para financiar la OMS. En este contexto, la administración Brundtland pidió un "Ataque masivo a las enfermedades de la pobreza" en diciembre de 1999. El Fondo Mundial se estableció finalmente en enero de 2002, al margen de la OMS, tras negociaciones en las que participaron donantes, gobiernos de los países, organizaciones no gubernamentales (ONG), el sector privado y las Naciones Unidas.
El Programa Ampliado de Inmunización fue lanzado por la Asamblea Mundial de la Salud en 1974. Gavi, una alianza de organizaciones, instituciones y gobiernos de los sectores público y privado, la Fundación Bill y Melinda Gates, el UNICEF, el Banco Mundial, la OMS, los fabricantes de vacunas, las ONG y los institutos técnicos y de investigación en materia de salud, se estableció en la Reunión de la Junta Directiva en Seattle el 12 de julio de 1999. Una vez más, una iniciativa desarrollada dentro de la OMS para apoyar el programa mundial de inmunización se creó fuera de la OMS.
UNITAID, una iniciativa de los Gobiernos de Francia y Brasil se creó en 2006 con el apoyo de Chile, Noruega y el Reino Unido. Esta innovadora iniciativa de financiación está auspiciada por la OMS, pero es un organismo independiente que funciona de manera autónoma.
El mecanismo COVAX es el pilar de las vacunas del Acelerador de Acceso a los Instrumentos COVID-19 (ACT) de la OMS, conocido oficialmente como "el Servicio de Acceso Mundial a las Vacunas COVID-19". Fue creado en abril de 2020 y está codirigido por Gavi, la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI) y la OMS. La financiación y la capacidad de actuación están, una vez más, fuera de la OMS.
Parece que en cada crisis sanitaria, ya sea el SIDA, las vacunas o COVID-19, los países miembros de la OMS optaron por asignar la financiación y el poder de actuar fuera de la OMS. Si hablamos ahora de un tratado internacional contra las pandemias, tendríamos que evitar los errores del pasado y asegurarse de que la nueva iniciativa estará en la OMS con el objetivo de reforzar la capacidad de la Organización para gestionar las pandemias.
Por qué un tratado internacional
La propuesta de un tratado internacional plantea muchos interrogantes que deberían estar claros antes de empezar una eventual negociación.
Parece que existe un reconocimiento del fracaso del sistema global existente de gobierno de la salud, que la OMS no ha conseguido jugar el rol que se esperaba de ella. Si se pretende negociar un tratado internacional, vía el artículo 19 de la Constitución de la OMS, o reformar el Reglamento Sanitario Internacional (RSI), habría que asegurarse de que el resultado de la negociación quede en la OMS y no fuera como ocurrió ya varias veces en el pasado con las iniciativas mencionadas.
La pregunta de fondo que hay que plantearse como prealable al inicio de negociaciones sobre un posible tratado es si algunos países industrializados como los que firman el llamado a un tratado, como Francia, Alemania, Italia, Holanda, Noruega, España e Inglaterra son conscientes y están dispuestos a negociar instrumentos vinculantes para que:
· todos los suministros sanitarios relacionados con pandemias sean considerados como bienes públicos mundiales y estar, por lo tanto, en el dominio público
· la investigación e innovación sean abiertas de tal forma que puedan acelerar los resultados a costos no especulativos
· los costos de I+D para productos farmacéuticos, sea transparente
· aumentar de la capacidad de laboratorio y vigilancia necesaria para identificar las enfermedades animales en todos los países
· se estructure una mayor colaboración entre los centros de investigación en salud de todo el mundo
· se coordine con transparencia de la financiación internacional publica en el campo de la salud
· se mejoren las alertas, con una comunicación científica independiente, fiable y precisa
· se hagan accesibles las tecnologías digitales para la recopilación y el intercambio de datos
· acceso sin restricciones a diagnósticos, vacunas, medicamentos y las respectivas tecnologías para producirlos
· los ensayos clínicos sean transparentes e independientes
· se asegure el intercambio de patógenos, muestras biológicas y datos genómicos
Varios de los Estados que proponen hoy el Tratado internacional, contra las pandemias, se oponen hoy a la excepción propuesta por India y el África del Sur y apoyada por más de 100 países en la Organización Mundial del Comercio (OMC). La excepción al uso de patentes en periodo de pandemias seria sin duda un componente central al tratado que se pretende negociar. La negociación de un tratado internacional puede tomar años. Si estamos hablando de una urgencia mundial, porque no empezar con aprobar la excepción al uso de patentes durante los periodos de pandemias, como lo proponen actualmente los países en desarrollo en la Organización Mundial del Comercio.
[1] Junto con el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, los líderes que han firmado hasta ahora representan a Albania, Chile, Costa Rica, el Consejo Europeo, Fiji, Francia, Alemania, Grecia, Indonesia, Italia, Kenia, Países Bajos, Noruega, Portugal, la República de Corea, Rumania, Ruanda, Senegal, Serbia, Sudáfrica, España, Tailandia, Trinidad y Tobago, Túnez, el Reino Unido y Ucrania.
[2] European Council, Council of the European Union, “An international treaty on pandemic prevention and preparedness”
https://www.consilium.europa.eu/en/policies/coronavirus/pandemic-treaty/
[3] European Council, idem
[4] See G. Velasquez, The reforms of WHO in the time of COVID 19”, SC RP No. 121, November 2020.
De acuerdo al comunicado, habrá otras pandemias y otras grandes emergencias sanitarias. La cuestión no es si o no, sino cuándo. Debemos estar mejor preparados para predecir, prevenir, detectar, evaluar y responder eficazmente a las pandemias de forma coordinada. Para lograrlo, dice el comunicado, se necesita un nuevo tratado internacional de preparación y respuesta ante las pandemias.
"COVID-19 muestra que es necesaria una acción conjunta y organizada donde prevalezca el interés público y el equilibrio entre las diferentes naciones.
Una vez más, y de forma contundente la crisis sanitaria del 2020-2021 pone en evidencia la fragilidad de la Organización y nos revela que la OMS no tiene o no utiliza los instrumentos y mecanismos legales necesarios para aplicar sus normas y orientaciones para responder al desafío de la COVID-19 o de futuras pandemias.
Por qué un tratado internacional
La pandemia de COVID-19 es un reto global. Ningún gobierno puede abordar por sí solo la amenaza de esta o futuras pandemias.
«Un tratado es un instrumento jurídicamente vinculante de derecho internacional. Un tratado internacional sobre pandemias adoptado en el marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) permitiría a los países de todo el mundo reforzar las capacidades nacionales, regionales y mundiales y la resiliencia ante futuras pandemias. »[3]
Un tratado basado en principios de equidad, inclusión y transparencia que garantice el acceso universal y equitativo a diagnósticos vacunas y medicamentos. Un marco sanitario internacional más sólido, con la OMS como autoridad de gobierno en materia de salud mundial.
Estaríamos hablando así de una reforma de fondo de la forma de gestión de la salud internacional. En otras palabras, hablaríamos de una reforma de la OMS.
Las reformas de la OMS[4]
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido objeto de muchas reformas e intentos de reforma desde su creación en 1948. Esas reformas han sido impulsadas en gran medida por diversos directores generales que, a lo largo de la existencia de la OMS, han tratado de dejar huella en los logros de su administración.
La reforma que se está debatiendo en 2020-2021 se ha visto impulsada por la crisis sanitaria sin precedentes provocada por la pandemia COVID-19. La comunidad internacional ha reconocido las insuficiencias estructurales jurídicas y financieras de la OMS para satisfacer sus expectativas.
Desde la creación de la OMS, sus Estados Miembros no siempre han apoyado a la organización. En diferentes momentos de su historia, algunos países la han debilitado, en lugar de fortalecerla. Sería importante no repetir los errores del pasado.
En 1986, Jonathan Mann, director del Programa Mundial de la OMS sobre el SIDA (GPA), organizó una estrategia de acción directa; para proporcionar tratamiento y realizar/coordinar investigaciones por un equipo de 200 científicos y un gasto de 70 millones de dólares de los EE.UU. por año, lo que llevó a un enfrentamiento con el entonces Director General, Hiroshi Nakajima del Japón. Debido a este enfrentamiento, Mann abandonó la OMS, y los Estados Unidos y otros países decidieron retirar el GPA de la OMS. Después de algunos años de discusión y debate, el ONUSIDA fue fundado en 1994-1995 bajo el liderazgo de Peter Piot.
El Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria ("el Fondo Mundial"), fue creado en 2002 como un mecanismo de financiación innovador que busca recaudar y desembolsar rápidamente fondos para programas que reduzcan el impacto del VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria en países de ingresos bajos y medios. La idea del Fondo Mundial surgió de la administración Brundtland, que lo concibió como un mecanismo innovador para financiar la OMS. En este contexto, la administración Brundtland pidió un "Ataque masivo a las enfermedades de la pobreza" en diciembre de 1999. El Fondo Mundial se estableció finalmente en enero de 2002, al margen de la OMS, tras negociaciones en las que participaron donantes, gobiernos de los países, organizaciones no gubernamentales (ONG), el sector privado y las Naciones Unidas.
El Programa Ampliado de Inmunización fue lanzado por la Asamblea Mundial de la Salud en 1974. Gavi, una alianza de organizaciones, instituciones y gobiernos de los sectores público y privado, la Fundación Bill y Melinda Gates, el UNICEF, el Banco Mundial, la OMS, los fabricantes de vacunas, las ONG y los institutos técnicos y de investigación en materia de salud, se estableció en la Reunión de la Junta Directiva en Seattle el 12 de julio de 1999. Una vez más, una iniciativa desarrollada dentro de la OMS para apoyar el programa mundial de inmunización se creó fuera de la OMS.
UNITAID, una iniciativa de los Gobiernos de Francia y Brasil se creó en 2006 con el apoyo de Chile, Noruega y el Reino Unido. Esta innovadora iniciativa de financiación está auspiciada por la OMS, pero es un organismo independiente que funciona de manera autónoma.
El mecanismo COVAX es el pilar de las vacunas del Acelerador de Acceso a los Instrumentos COVID-19 (ACT) de la OMS, conocido oficialmente como "el Servicio de Acceso Mundial a las Vacunas COVID-19". Fue creado en abril de 2020 y está codirigido por Gavi, la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI) y la OMS. La financiación y la capacidad de actuación están, una vez más, fuera de la OMS.
Parece que en cada crisis sanitaria, ya sea el SIDA, las vacunas o COVID-19, los países miembros de la OMS optaron por asignar la financiación y el poder de actuar fuera de la OMS. Si hablamos ahora de un tratado internacional contra las pandemias, tendríamos que evitar los errores del pasado y asegurarse de que la nueva iniciativa estará en la OMS con el objetivo de reforzar la capacidad de la Organización para gestionar las pandemias.
Por qué un tratado internacional
La propuesta de un tratado internacional plantea muchos interrogantes que deberían estar claros antes de empezar una eventual negociación.
Parece que existe un reconocimiento del fracaso del sistema global existente de gobierno de la salud, que la OMS no ha conseguido jugar el rol que se esperaba de ella. Si se pretende negociar un tratado internacional, vía el artículo 19 de la Constitución de la OMS, o reformar el Reglamento Sanitario Internacional (RSI), habría que asegurarse de que el resultado de la negociación quede en la OMS y no fuera como ocurrió ya varias veces en el pasado con las iniciativas mencionadas.
La pregunta de fondo que hay que plantearse como prealable al inicio de negociaciones sobre un posible tratado es si algunos países industrializados como los que firman el llamado a un tratado, como Francia, Alemania, Italia, Holanda, Noruega, España e Inglaterra son conscientes y están dispuestos a negociar instrumentos vinculantes para que:
· todos los suministros sanitarios relacionados con pandemias sean considerados como bienes públicos mundiales y estar, por lo tanto, en el dominio público
· la investigación e innovación sean abiertas de tal forma que puedan acelerar los resultados a costos no especulativos
· los costos de I+D para productos farmacéuticos, sea transparente
· aumentar de la capacidad de laboratorio y vigilancia necesaria para identificar las enfermedades animales en todos los países
· se estructure una mayor colaboración entre los centros de investigación en salud de todo el mundo
· se coordine con transparencia de la financiación internacional publica en el campo de la salud
· se mejoren las alertas, con una comunicación científica independiente, fiable y precisa
· se hagan accesibles las tecnologías digitales para la recopilación y el intercambio de datos
· acceso sin restricciones a diagnósticos, vacunas, medicamentos y las respectivas tecnologías para producirlos
· los ensayos clínicos sean transparentes e independientes
· se asegure el intercambio de patógenos, muestras biológicas y datos genómicos
Varios de los Estados que proponen hoy el Tratado internacional, contra las pandemias, se oponen hoy a la excepción propuesta por India y el África del Sur y apoyada por más de 100 países en la Organización Mundial del Comercio (OMC). La excepción al uso de patentes en periodo de pandemias seria sin duda un componente central al tratado que se pretende negociar. La negociación de un tratado internacional puede tomar años. Si estamos hablando de una urgencia mundial, porque no empezar con aprobar la excepción al uso de patentes durante los periodos de pandemias, como lo proponen actualmente los países en desarrollo en la Organización Mundial del Comercio.
[1] Junto con el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, los líderes que han firmado hasta ahora representan a Albania, Chile, Costa Rica, el Consejo Europeo, Fiji, Francia, Alemania, Grecia, Indonesia, Italia, Kenia, Países Bajos, Noruega, Portugal, la República de Corea, Rumania, Ruanda, Senegal, Serbia, Sudáfrica, España, Tailandia, Trinidad y Tobago, Túnez, el Reino Unido y Ucrania.
[2] European Council, Council of the European Union, “An international treaty on pandemic prevention and preparedness”
https://www.consilium.europa.eu/en/policies/coronavirus/pandemic-treaty/
[3] European Council, idem
[4] See G. Velasquez, The reforms of WHO in the time of COVID 19”, SC RP No. 121, November 2020.